
“Gracias por ser mi casa”: Conociendo Rusia en el Lunario
Las canciones de Conociendo Rusia cobraron una dimensión intima en su primer Lunario en la CDMX.
En los planes no estaba la historia de encontrar casa a 9 mil kilometros de distancia del lugar en el que nació. Fue una de las confesiones de Mateo Sujatovich en el escenario, en el tercer concierto para Conociendo Rusia en la CDMX en el casi final de la primera gira por México.
El Lunario del Auditorio Nacional se convirtió en una especie de sala de casa. Una pared con cuadros, velas, plantas alrededor, un piano y una guitarra acústica, era lo necesario para acercarnos al mundo de “El Ruso” de una manera íntima. Apostamos que en menos de dos o tres años extrañaremos un formato así.
La canción que eligió para comenzar la noche fue “Disfraz” acompañando por el piano, una de las canciones de la disco La Dirección, con frases que se convierten en ideales y primeros momentos para entender más de su vida como compositor:
“Si no sabes cuál es la dirección
Hay una brújula en tu corazón
No importa si estás cerca o estás lejos
Se trata de buscar hasta el final”.
Desde los días de confinamiento nacieron las canciones de La Dirección y confesó que todas las emociones que atravesó en esos días quedaron en este álbum.
Para hacer especial la tarde-noche invitó a dos grandes cómplices: El David Aguilar para acompañarlo en voz y guitarra en “Montaña Infinita” y para acompañarlo en el piano en “Cabildo y Juramento” estuvo Daniela Spalla.
Mateo nunca cantó solo, siempre había más voces que lo acompañaban y que a lo largo de los discos se encariñó con canciones como “Tu Encanto”, “Cicatriz”, “A la Vez”, “Loco en el Desierto”, “Bruja de Barracas” hasta algunas que no son comunes en el set como “Luces de Neón”.
Las canciones también encontraban adaptarse al lugar que habitan. Con “Puede Ser”, el músico argentino notó la diferencia de acentos y la manera en que acá se canta la frase “Puede ser que ya no te espere más”. Mencionó que para la próxima gira, seguramente la cantará con el acento mexicano.
Entre el público hizo una encuesta rápida: ¿Cuál sería el equivalente de “Cabildo y Juramento” acá? Llegamos a la conclusión sobre el cruce de Bolivar y Madero, uno de los puntos más transitados de la Ciudad de México. Adaptó la canción y creó una nueva versión que dice: “Y me gusta pensar que nos vamos a encontrar, en la esquina de Bolivar y Madero”. Rima a la perfección, nos urge la versión alterna.
Se acercaba el final y Mateo lo recalcaba. Era una manera de repetirse y advertirnos que valoráramos del momento. No se podía ir del escenario sin cumplir una de las primeras canciones que le pidieron en la noche: “Mundo de Cristal”. La voz de un niño se escuchó en todo el Lunario pidiendo esa canción, estaba en las primeras filas y Mateo aprovechó para cantarle a él, mirando la manera en que la disfrutaba.
Para el encore, sabíamos que no se podría irse sin cantar dos nuevos clásicos: “Cosas Para Decirte” y “Quiero Que Me Llames”. Fue un gran cierra para recordarnos la importancia de “las canciones de amor” y la conexión que está creando Conociendo Rusia con México.
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